Lo primero que hay que destacar es que el país atraviesa por una crisis económica: el déficit fiscal nos está matando y pareciera que el Gobierno no contribuye responsablemente a la solución de esta situación.
El proyecto de presupuesto ordinario de la República para el 2015 es equivalente a la suma de ¢7.959.345.929.000 (siete billones, novecientos cincuenta nueve mil millones , trescientos cuarenta y cinco mil, novecientos veinte y nueve colones), es decir: este presupuesto tiene un aumento con respecto al anterior del 2014 de un 18.9%.
Está claro que el Gobierno no se socó la faja y, más bien, propone aumentar los gastos corrientes y financiarlos con más deuda pública es decir: estamos hipotecando el país.
Está claro que el Gobierno no se socó la faja y, más bien, propone aumentar los gastos corrientes y financiarlos con más deuda pública es decir: estamos hipotecando el país.
Es tan irresponsable este aumento, que ha quedado evidente que los ministros que han participado en las audiencias de la Comisión de Hacendarios, no han podido defender con conocimiento sus presupuestos.
La misma Contraloría General de la Republica manifestó en una audiencia que tuvo en la Comisión de Hacendarios que muchas instituciones han acumulado por muchos años un superávit producto de la incapacidad de ejecución de los presupuestos que han pedido.
Es más: dijo la Contraloría General de la Republica que bien se podía con ese nivel de ejecución presupuestaria recortar los presupuestos de estas instituciones hasta un 5 % es decir 200 mil millones de colones.
El señor Presidente de la República durante la campaña nos dijo a todos los costarricenses que si lo elegíamos como presidente no aumentaría ni las consultorías, ni los viajes al exterior, ni la propaganda y que tampoco aumentaría la planilla del Estado. Pero efectivamente en el presupuesto lo está haciendo.
La fracción del PUSC, siempre responsable como ha sido en el pasado en la administración de presupuestos públicos y con disciplina fiscal planteando al presidente de la republica que revise y modifique ese presupuesto.
Y es que si nos vamos al detalle del presupuesto, también observamos que -a pesar del aumento en el mismo- no se da cumplimiento a la asignación del 8% en educación.
El Gobierno 2010-2014 llegó a asignar un máximo del 7.2% y ahora el actual gobierno mandó a la asamblea legislativa un presupuesto que contiene una asignación del 7.4% a la educación.
Y aunque algunos defiendan este presupuesto, no es posible entender que por ejemplo, en la partida de servicios de ciencias económicas del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, se presupuestaron 20 millones en el 2013 y solo se ejecutaron al final del año 5 millones, para el 2014 se presupuestaron 90 millones y a la fecha solo se han ejecutado 10.5 millones y ahora el Gobierno presupuestó 156 millones para el 2015, así es, pareciera incomprensible pero así es.