Ana María Estrada, La Carpio.

Ana María Estrada Valle tiene cuarenta años, es ama de casa, madre de tres hijos y dueña de un perro que se llama Brown.

Nació en Managua y tiene un marcado acento nicaragüense, pero vive en el barrio josefino de La Carpio desde 1995 y hace 12 años pasó a formar parte del electorado costarricense.

Ella es una de las 50.003 personas costarricenses −por naturalización− que formaban parte del padrón de las elecciones nacionales, del 2 de febrero.

El pasado domingo Ana emitió por tercera vez su voto en el país. “Desde que me involucré en política, estoy con Liberación”, me dice. Es presidenta del PLN −Sector Roble Norte de La Carpio− y a pesar de la cantidad de trabajo que le representa, para ella el día de elecciones es “pura emoción”.

Su domingo empezó a las 5 a.m., cuando se levantó y “dobló rodillas para pedirle al Señor apoyo y fuerzas”. Luego caminó los 700 metros que separan su casa de la Escuela Finca La Caja, donde le correspondía votar.

“Llegué a las 5:45 y fui de las primeras en entrar a ponerle una equis a papi”, cuenta entre risas.

Vestida con una camiseta en la que se lee “Johnny Araya Presidente”, se pasó el día caminando bajo el Sol por las callecitas de La Carpio, tocando puertas, trayendo gente al centro de votación.

Le pregunto por qué vota al PLN y me dice: “Óscar Arias hizo mucho. La señora Laura, yo la respeto y todo, pero la verdad es que no hizo lo que se tenía que hacer. Pero ahora es diferente: el que está en la mesa es Johnny, nuestro alcalde. Él ha estado en la 'muni' y ha aportado mucho para la comunidad. Además le interesa el tema de los impuestos y para eso, tiene que ayudarnos con la titulación de la tierra”.

La nueva costarricense está orgullosa de votar en el país que habita, de poder participar en política y de apoyar al “partido de sus amores”.

“Mi trabajo es apoyar a mi partido y aunque muchos inmigrantes de acá no tienen derecho a votar, hay que acordarse de que nosotros también contamos; nuestros hijos son costarricenses y vivimos aquí”, me dice.

Según Ana, en La Carpio viven y votan costarricenses  por nacimiento y naturalizados. Ticos de origen nicaragüense, colombiano y panameño, se mezclan con los ticos de nacimiento en una mesa de votación, marcada por las cédulas iniciadas en “8”, que llenan el padrón pegado en la pared.