Lo bueno, lo malo y lo feo de Muñoz

Juicio Bloguero

Lo bueno

Walter Muñoz ha aspirado a la presidencia en múltiples ocasiones: 1998, 2002, 2006, 2010 y 2014. Cabe aclarar, en las elecciones del 2010 retiró su candidatura a favor de Ottón Solís. De igual manera, siguen siendo muchos los intentos: cada uno de ellos ha resultado en menos del 1% de los votos. El esfuerzo y la persistencia destacan en su trayectoria, marcada quizás por el fracaso, pero no cuestionada o manchada por la corrupción y el delito. En el día a día, es médico pediatra y trabaja para la Caja Costarricense de Seguro Social.

Su vida la ha dedicado, en buena medida, a sus pacientes. Ha sido un buen profesional de la salud, con ética y entrega; su reputación da fe de ello. Ha desarrollado una importante labor humanitaria que le ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional. De ahí que pueda contar, con orgullo y sonriente, que en dos ocasiones distintas ha sido cogalardonado con un Premio Nobel de la Paz: la primera, en 1985, con la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear. La segunda, en 1999, como parte de la organización Médicos Sin Fronteras. Además, fue nominado de manera individual a este premio, en el 2009, por su labor impulsando el seguro social en Latinoamérica.

Es claro que el destino de Walter Muñoz nunca fue ser político sino ayudar a la gente. Eso es lo bueno de él, que su vida ha estado ligada de manera positiva al servicio público. Que tiene mucho más en su currículum que las decepciones que cada 4 años le deja el pueblo de Costa Rica. Que cuando ha tenido la oportunidad de hacer algo por el prójimo, no lo ha desperdiciado. Que ha sabido explotar sus capacidades y talentos con el fin de devolverle al pueblo algo que realmente vale la pena. Que no se ha olvidado de ser un buen ser humano ni tampoco se ha quedado de brazos cruzados.

Lo bueno de Walter Muñoz es que en sí mismo ha logrado compensar lo malo que es en política con otros logros posiblemente más significativos. Solo falta que él se de cuenta de ello.

Michelle Fúster Volio

Michelle Fúster es parte integral de Sürrealista, 89decibeles y Radio Hit. Apasionada por la comida sin gluten, le gusta soñar una sociedad igualitaria mientras escucha Oasis junto a su gata Stella Juliana.

Lo malo

Para comenzar, que se presente diciendo de entrada que es ganador del premios Nobel de la Paz. Eso nos hace quedar mal como país. Tenemos dos sujetos ganadores de tal distinción. ¿Y? El único rédito que como nación obtenemos de tal rareza es una competencia de egos. (Yo tengo un Nobel, sí pero yo me lo gané primero, chusma, chusma… *inserte el gesto de Quico*)

Y además, el Nobel al que con tanto fervor se aferra Muñoz, en realidad se lo otorgaron a una organización no gubernamental llamada Médicos sin Fronteras. Son miles de voluntarios (profesionales en ciencias de la salud) que conforman esa organización. No creo que todxs ellxs anden por el mundo contando que se ganaron el Nobel de la Paz…

Lo malo de Muñoz en realidad no sería eso. O mejor dicho, no es lo peor. Los egos inflados son comunes y corrientes en este país. Demasiado pequeño para tanta burbuja arrogante que anda caminando en campañas electorales y demás ocasiones especiales del cotidiano vivir costarrisible. Lo malo de Muñoz es que se cree paladín de la justicia, impulsor de la democracia participativa, defensor de la CCSS. Pero esos ataques de ciudadanía activa le dan de un modo extraño.

En lugar de poner denuncias concretas propone referéndums para definir la conformación de la Junta Directiva de la CCSS. Como si hacer un referéndum fuera cosa fácil y barata. Ya ven, un blog y un abogado, que cuando encuentra algo interesante aprieta más duro que la mandíbula de un American Stanford, ha logrado poner en evidencia más corrupción y negligencia que el mismo departamento de cobros de la CCSS (hablo de “El cobrador de la CCSS”, Roberto Mora)

Y para eso don Roberto ni ha fundado partidos políticos, ni ha sido diputado, ni ha exigido al TSE que le acepten candidaturas de mentirillas… Con Muñoz, como diría Shakespeare, es “much ado about nothing”.

Gabriela Arguedas Ramírez

Gabriela Arguedas es profesora asociada de la Escuela de Filosofía de la UCR e investigadora del CIEM- UCR, colaboradora de Revista Paquidermo, activista por los derechos humanos, ecofeminista, escritora. 

Lo feo

Don Walter Muñoz entró en la escena política costarricense en el 98 cuando, según mis cálculos intuitivos, empezó el proceso de multifraccionamiento de la Asamblea Legislativa. En 2002, se postuló al mismo tiempo que don Otto Guevara y ambos eran los chiquillos sexys de las papeletas.

Muñoz tiene verbo y aspecto, pero le faltó todo lo demás para continuar vigente en la escena política. Ideológicamente su diputación se tiró hacia la izquierda en años donde había demasiado anzuelo y pocos peces, a diferencia de hoy.

No logró darse a conocer como ideólogo -algo de lo que carece nuestro sistema político- ni tampoco por su labor de control político, que es lo más fácil que puede hacer un diputado opositor para lograr un espacio en la agenda mediática.

Desde entonces, religiosamente, se postula cada cuatro años para ser presidente y a veces para diputado, perdiendo en unas y fracasando en otras.

Cuando nosotros nos pensionemos tendremos como registro del cambio físico las cédulas viejas, don Walter Muñoz además contará con las fotos de las papeleta presidenciales.

Un secreto que pocos saben es que don Walter se ha postulado más veces para presidente que don Otto, algo que merece la medalla de oro en la categoría “lo importante es participar” que debería otorgarle el Tribunal Supremo de Elecciones.

Según Wikipedia ha sido dos veces cogalardonado con el Premio Nobel de la Paz, en 1985 y 1999, lo cual lo convierte en el tico más impactante a nivel global de todos los tiempos de lo cual no nos dimos cuenta. Fue postulado nuevamente para el altísimo reconocimiento en el 2009 pero Barack Obama le jugó la vuelta.

La historia registra cuatro personas y dos organizaciones que han recibido dos veces el Nobel pero hasta donde tengo entendido nadie ha pasado tres veces a recibir el premio, podría ser don Walter.

Invisibilizado por la historia, la política costarricense y tomado en cuenta sólo en debates de segunda división, el candidato del Partido Integración Nacional se prepara para un domingo sin sobresaltos, cuya única emoción será poner a prueba la lealtad de sus colegas médicos y otros funcionarios del Hospital Calderón Guardia que le prometieron el voto, ojalá que no le queden mal.

Julio Córdoba

@JulioCordoba es egresado de Derecho. Autodidacta de Google y Wikipedia. Subdirector de @Ticoblogger. Desde 2006 escribe el blog “Ciencia Ficción”.