De votos enclaustrados
El licenciado Mariano Barrantes, director del Centro de Atención Institucional de San José, o cárcel de San Sebastián, recibe a la misión de la OEA, que observa el proceso electoral en Costa Rica, con mal disimulado orgullo. El ambiente es calmo y sereno; espaciados, según su voluntad, algunos privados de libertad salen a ejercer su voto.
En San Sebastián, hay una sobrepoblación carcelaria del 40%, pero de los 932 que la componen, solamente 107 privados de libertad están inscritos en el padrón dividido en dos mesas receptoras, la 58 y 59.